QUÉ ES “ESTO”
Parece como si la relación fuera entre dos, eso es completamente falso. Una de las características de lo que está sucediendo es la incapacidad para transmitir, ni siquiera, un relato mínimamente fidedigno de lo que es “esto”. Si tuviera menos familiaridad con el lenguaje, creo que me sería más posible contarlo. Soy consciente de la multitud de sentidos que pueden adquirir cualquiera de las palabras y eso, lejos de facilitarme las cosas, me las complejiza muchísimo más. Ha habido un silencio rotundo por parte de todos los entornos, el “entre palabras” no es cuestión de uno solo ni tampoco lo es cuando ese uno signifique el discurso de todo un grupo. Es simplemente esperpéntico porque, a estas alturas, en este mismo momento, falta el otro de la conversación. Yo también tengo lecturas a cerca de lo y de los que no dicen, llevo años (especialmente el último) hablando sola, interpretando lo que dicen y lo que no dicen, en definitiva, cuando se trata del maltrato, afirmo que, menos que en cualquier otra relación, se trata de dos. En este mismo momento gran parte de los argumentos que necesitaría exponer no puedo exponerlos, esto también tiene varias lecturas, se me ocurre la de la propia censura que es la que en todos los casos decide puesto que pertenece a una instancia ESTRUCTURAL, si hasta donde yo he estudiado no yerro, la del superyó.
Durante todo este tiempo he tratado de tener muy presente las posibles escuchas de los demás; y aquí, precisamente aquí, es donde yo sitúo en mayor grado dos de las características más corrosivas de “esto”: la duración y las respuestas del resto de los testigos PORQUE NO HA TRANSCURRIDO EN MI PROPIA CASA PRECISAMENTE PESE A QUE LO HE LLAMADO SECUESTRO Y OCURRE EN MI PROPIA CASA.
Es una realidad que la tecnología permite una clase de delitos que de manera “no virtual” serían IMPOSIBLES de cometer. He recurrido a Hans Magnus Enzensberger en algunas ocasiones porque en sus escritos he hallado motivos más que suficientes para pensar que conoce perfectamente el alcance de este medio y es consciente de la importancia de lo que este medio de difusión puede llegar a poner en marcha. No soy erudita ni en informática ni en ciencias de la comunicación desde ningún ángulo de estudio, pero creo que no me equivoco en mi lectura con mis escasos conocimientos de *** (palabra censurada) y mi experiencia, avala lo que digo el extremo empeño que llevo poniendo en que termine esta situación y que me he encontrado SOLA, DURANTE MUCHO TIEMPO SOLA a la hora de defender MI VIDA. Para empezar, en cualquier clase de maltrato, MEDIA UNA LEY QUE EN ESTE MEDIO NI SIQUIERA EXISTE.
Antes de seguir voy a decir que la palabra “maltratador” me es del todo escasa y sobrada, que no considero que eso sea posible tal y como se entiende dicho término, pero a falta de otro mejor y tan generalizado a la hora de que se entienda de qué hablo, la seguiré usando, que alguien sea un maltratador, ya presupone que hay un alguien pasivo, un maltratado (participio pasivo) y le concede al infinitivo maltratador (hacedor, ejecutor) un campo de acción a priori en el que estoy radicalmente en desacuerdo. He dicho innumerables veces que “aquí” es mi casa igual que he dicho en algunas ocasiones que la persecución no termina en este ordenador, digo ahora que un ordenador es meramente una máquina y, como todas las máquinas tienen un uso y si lo tienen hay siempre un sujeto detrás de dicho uso. Efectivamente en este medio la legislación es menos que precaria y hasta donde llega mi experiencia, en mi caso, nula.
He pasado por muchas “fases” a lo largo de estos cinco años, casi todas ellas he tenido obligatoriamente que olvidarlas para poder seguir, para poder vivir, pero ciertamente el olvido no existe, está cimentado sobre un andamiaje de representaciones que se sumergen o salen a la superficie según el propio psiquismo, respecto a lo que atañe a la ley, constituyó una de las “fases” más duras, que no la única, denunciar.
Pues si después de eso el agresor campea libremente podría considerar que tenía yo mucha razón cuando temí hacerlo, así dicho, mínimamente dicho, viendo (como estoy viendo) que esa inefectividad está siendo usada para incidir nuevamente en que lo que denuncio es producto de mi imaginación, a expensas de ocultar, desconocer, manipular invertir, tantear, en resumidas cuentas, de haber retirado al significante ley de toda posible actuación; si antes pudo ser un dique como algo posible, al haberlo hecho sin resultados no ha hecho más que relajar el campo de acción.
Cuando la fase de amenazas terminó porque el miedo dejó de ser instrumento de chantaje, cuando por enésima vez separo y separé mi deseo de esta oscura realidad, cuando no tengo inconveniente en distinguir sueño de realidad a efectos de renunciar para poder seguir, porque siempre quise seguir, cuando es ahora y es ya mismo que sigue siendo tan fácil como beberse un vaso de agua constatar el poder que tiene sobre mí, ahora, anoche, cuando llegué a cierta comunidad, cuando me estoy yendo, sigue dependiendo de otros, la estratagema no consiste en que me vaya o me quede a su lado, la estratagema consiste en acechar minuciosamente dónde pongo el deseo y reventar todas las posibilidades de que transcurra, no ya como satisfactorio, sino dejando una huella de “escarmiento” que se me quiten las ganas de volverlo a intentar. Si no hablara,
(señal) si no protestara, si no escribiera, si dejara de usar imágenes, si dejara de usar música, si mostrara un texto sobrio, inarticulado, ilegible, carente de todo recurso, si desapareciera y se pudiera borrar lo que nada más es deseo, si no está ocurriendo lo que dije de que no habré tenido nunca conversaciones con nadie, si nunca estuve en grupo alguno, si mi deseo transcurriera solo, sin imágenes, sin otro que lo haga posible, si exactamente como ocurre ahora mismo que lee y señala aquí y sólo aquí donde efectivamente somos dos y nada más que dos… si no empezara a estar más que harta de hablar para que se suponga, para que no se entienda, si no empezara a darme igual lo que dicen que dije que no pasó que sí pasó, si no creyera que queda en algún lugar algún poema que pese a todo esto hable verdaderamente de mí, entonces, podría considerar que quise someterme.
31 de agosto de 2009
SODOMA Y CAMORRA
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