Quien Quiere Vivir Siempre
SIN PIEDAD
Me haré responsable de desviarme del pensamiento lo más mínimo que me permita otra vez leer los acontecimientos con algún sentimiento. No debe haber sentimiento alguno cuando se trata de actos que han pisoteado la ley.
Ni en contra ni a favor, la memoria tendrá que incluir de manera simbólica, supongo, esa ley que ha sido vapuleada, que no se cumplió.
Procuraré diferenciar mis palabras de lo que debe ser mi guía, mis palabras adolecen de mi vida. Esto no les resta valor, no, solamente debo no olvidar la dimensión de la palabra. Por sí solas son cáscaras vacías si no se acercan a nuevos actos. Cuando diga : dolor, no será para que el dolor sea un nuevo acto, la palabra dolor deberá ir acompañada de la palabra tiempo, y la palabra tiempo, tendrá que ir acompañada de la palabra vida y la palabra vida tiene que dar lugar a otra vida. Mi vida adolece de lo mismo que adolecen todas las vidas, quiero creer.
En mi vida yo había olvidado. En mi vida yo tuve que convivir con la barbarie y no encontré manera de sentarme en otro lugar, mis manos construían a destajo puentes hacia una tierra donde tuvieran, los poetas, una casa done alojarse, una cama en la que descansar, unos días que permitieran a sus hijos construir también sus vidas, un silencio donde llorar cuando tocase llorar. Pero en el mundo había traficantes que le pusieron precio a la casa, a la cama, al llanto y a los poetas y el poeta tenía que convivir día a día con las oscilaciones de ese tráfico sin ley. El poeta, ese poeta, seguramente se equivocó cuando trató de ver en las palabras de los traficantes algo de lo que había visto en la poesía. El poeta se enamoró de esas palabras, las transformó, las arcilló, las puso bajo su átlas para que fueran grandes y florecieran y se olvidaba de que los traficantes buscaban el oro de la palabra. El poeta tenía que aprender ahora a convivir en un mundo despiadado, en un mundo en el que se premiaba la aniquilación y se castigaba muy duramente todo acto de crear. El poeta tiene muy pocos amantes, en realidad son miles o millones, pero viven entre palabras, nada más entre palabras, y estas, tienen que ser las precisas para que se produzca el amor.
17 de septiembre de 2009
Who dares to love forever...?
Sí, y cuando acontece el desplazamiento de la negación , del cesa de no dejar huella, a no cesa de dejar huella, cuando pasa de contingencia a necesidad, éste es el punto de suspensión del que se ata todo amor. Todo amor, por no subsistir sino con el cesa de no dejar huella, tiende a desplazar la negación al no cesa de dejar huella, no cesa, no cesará.
"El pensamiento es inconsciente, y también es cierto que nuestra vida depende de quién nos piensa o de con qué ciencia nos piensen." -psicoprofunda-
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